miércoles, 5 de mayo de 2010

La misteriosa aventura del parque de atracciones

Un día soleado de verano, al acabar el curso, quedamos en vernos tres amigos, para emprender una divertida aventura.

Decidimos coger todos nuestro ahorros para hacer una pequeña excursión. Todos acordamos mantener en secreto nuestras intenciones. Íbamos a ir a un parque de atracciones. Llegamos allí, después de montarnos en varias de las atracciones, pedí a mis amigos que me acompañaran al lavabo a lavarme las manos. Al salir, todas las atracciones se habían detenido y no había nadie. Corrimos a la salida, pero estaba cerrada. De pronto las atracciones se empezaron a mover solas. En la montaña rusa, detrás del último vagón, vimos una silueta, pero al detenerse la atracción, no había nadie. Estábamos asustados y nos bloqueamos. No sabíamos que hacer, cuando, de repente, nuestro amigo Raul ¡Desapareció! Teníamos muchísimo miedo.

De pronto, nos encontramos frente a un gran árbol, muy alto, tenía una escalera de madera en un lateral, se escuchaba mucho ruido, al parecer, provenía del árbol. Al subir, encontramos la cartera de Raul, que estaba vacía, pero Raul no estaba allí. El ruido provenía de un viejo radiocassette, lleno de polvo y muy sucio.

Decidimos bajar de esa casita de madera que había en ese árbol, que debía medir unos catorce metros. Al volver a la salida, oímos unos pasos y vimos una silueta. Pensamos que era igual que la anterior, pero se esfumó. De repente, aparece un hombre vestido de negro con una capucha, que ocultaba su cara. Creímos que podía ser la Muerte, traía a Raul en sus manos, muerto, lo dejó en el suelo tendido y salió corriendo, intentamos cogerlo, pero le perdimos la pista, al volver, miramos a Raul y lo examinamos un poco, pero no vimos violencia en su cuerpo.

Volvimos a la puerta de entrada, Carlos enloqueció. Intento suicidarse, ahorcándose, me esforcé, pero fue imposible salvarlo, habia muerto y yo estaba solo. Entonces, oí las voces de mis dos amigos, provenían de ese árbol al que anteriormente había subido. Subí, efectivamente eran sus voces y provenían del viejo radiocassette. Sus voces rogaban que abriera la tapa del sucio radiocassette. La abrí y aparecieron ellos, pero con aspecto fantasmal, me dijeron al unísono:

- Iván, debes huir. La Muerte esta muy cerca, a punto de llegar.

Su voz era grave y muy fría. Decidí bajar y huir. Al llegar a la salida, empujé la puerta con insistencia pero no se abrió. Al girarme, vi a la Muerte, traía el radiocassette, me iba a atrapar, ya no había escapatoria… ¡Me desperté! Todo había pasado, ¡Era un sueño!

Eran las diez de la mañana y sentía mucho miedo, así que llamé a mis amigos, les conté mi sueño y más tarde fuimos a jugar al baloncesto.

FIN

2 comentarios:

  1. Joder historia con intriga, me gusto bastante. Haber para cuando la otra.

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  2. yo creo que entre hoy y mañana estará aquí la nueva historia

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